Botas Verdes: La Trágica Historia del Cadáver más Famoso del Everest

El Monte Everest, con sus 8,848 metros, es el sueño de todo alpinista, pero también un cementerio helado donde descansan más de 300 cuerpos. Entre ellos, uno destacó como un símbolo inquietante: Botas Verdes, el cadáver de un montañista con botas verdes Koflach que marcó el camino en la ruta de la Cresta Noreste.
EsteBotas Verdes, ampliamente asociado con el alpinista indio Tsewang Paljor, es una historia de tragedia, misterio y controversia que ha fascinado a generaciones de aventureros. Este artículo explora la historia de Botas Verdes, su impacto en la cultura del alpinismo y el enigma de su desaparición.
La Tragedia de 1996: El Desastre del Everest

La historia de Botas Verdes comienza con el desastre del Everest de 1996, una de las temporadas más mortíferas en la historia de la montaña.
El 10 de mayo de 1996, una tormenta atrapó a varias expediciones en la cima. Entre ellas estaba el equipo de la Policía Fronteriza Indo–Tibetana (ITBP), liderado por Mohinder Singh, que buscaba ser el primer grupo indio en alcanzar la cima por la ruta noreste.
Tsewang Paljor, un constable de 28 años de Ladakh, India, junto con Tsewang Samanla y Dorje Morup, intentaron llegar a la cima a pesar del clima adverso. La tormenta los atrapó a pocos metros de la cima, y los tres desaparecieron.
Mientras los cuerpos de Samanla y Morup fueron encontrados más tarde, el destino de Paljor permaneció incierto hasta que los alpinistas comenzaron a reportar un cuerpo en una cueva de piedra caliza a 8,500 metros, vestido con botas verdes brillantes.
El Nacimiento de un Hito Macabro

El cuerpo, acurrucado en una pequeña cueva bajo el Primer Escalón de la Cresta Noreste, se convirtió en Botas Verdes debido a sus botas Koflach de color verde neón.
La cueva, llena de botellas de oxígeno abandonadas, era un paso obligado para los alpinistas que subían desde el norte. Pronto, Botas Verdes se transformó en un punto de referencia, con sherpas indicando: “Tres horas hasta Botas Verdes” para medir el progreso hacia la cima.
Aunque se cree que el cuerpo pertenece a Tsewang Paljor, algunos especulan que podría ser Dorje Morup, otro miembro de la expedición. La falta de identificación oficial, debido a las duras condiciones del Everest, ha mantenido el misterio vivo.
Las botas verdes, sin embargo, se convirtieron en un ícono, un recordatorio de los peligros mortales de la Zona de la Muerte, donde el oxígeno es escaso y las decisiones son cuestión de vida o muerte.
Botas Verdes y la Controversia de David Sharp

En 2006, Botas Verdes volvió a los titulares debido a un incidente trágico. El alpinista británico David Sharp, mal preparado y sin radio, intentó un ascenso en solitario. Colapsó en la cueva de Botas Verdes, donde fue encontrado vivo pero en estado crítico.
Aproximadamente 40 alpinistas lo pasaron de largo, algunos confundiéndolo con Botas Verdes o asumiendo que no había esperanza. Sharp murió junto al cuerpo, desatando un debate global sobre la ética en el alpinismo.
El incidente destacó los dilemas morales en la Zona de la Muerte, donde intentar salvar a alguien puede costar la propia vida. También señaló la comercialización del Everest, con rutas abarrotadas y alpinistas inexpertos aumentando los riesgos.
La tragedia de Sharp reforzó la notoriedad de Botas Verdes como un símbolo de los costos humanos de la montaña.
La Desaparición y Redescubrimiento de Botas Verdes
En mayo de 2014, los alpinistas notaron que Botas Verdes había desaparecido de la cueva, sorprendiendo a quienes lo consideraban un elemento fijo del Everest.
Se especuló que sherpas o una expedición china lo habían enterrado para reducir el impacto psicológico en los alpinistas o para honrar al fallecido. Retirar cuerpos del Everest es una tarea costosa y peligrosa, que requiere múltiples personas y grandes cantidades de oxígeno, lo que hizo que este esfuerzo fuera notable.
Sin embargo, en 2017, los alpinistas reportaron haber visto el cuerpo nuevamente, posiblemente desenterrado por el hielo o el viento.
Liderados por el montañista ruso Alexander Abramov, se realizó un esfuerzo para darle un entierro digno, aunque los detalles son escasos. La desaparición y reaparición de Botas Verdes alimentaron aún más su leyenda, con algunos alpinistas notando cambios en su posición debido a movimientos naturales del glaciar.
El Cementerio Helado del Everest
Botas Verdes es solo uno de los casi 300 cuerpos en el Everest, muchos de los cuales sirven como puntos de referencia, como Sleeping Beauty (Francys Arsentiev) o La Mujer Alemana (Hannelore Schmatz).
Las condiciones extremas del Everest preservan los cuerpos, pero también hacen que su recuperación sea casi imposible. El cambio climático está exponiendo más restos y basura acumulada durante décadas, lo que ha llevado a esfuerzos de limpieza, aunque muchos cuerpos permanecen.
Para algunos, como el sherpa Mingma David, que vio Botas Verdes en 2010, los cuerpos son un recordatorio escalofriante del precio del Everest. Otros argumentan que deberían quedarse como advertencia para los alpinistas, especialmente los novatos atraídos por la fama de la montaña. El debate continúa sobre si dejar a los muertos como parte de la historia del Everest o retirarlos para honrar su memoria.
El Legado de Botas Verdes
Botas Verdes, ya sea Tsewang Paljor u otro alpinista, encarna la dualidad del Everest: un lugar de gloria y tragedia. Durante más de dos décadas, guió a los alpinistas mientras les recordaba el costo de la ambición.
Su historia plantea preguntas sobre la ética del alpinismo, la comercialización de una montaña sagrada y el trato a quienes perecen en ella. Mientras el Everest sigue atrayendo a aventureros de todo el mundo, Botas Verdes permanece como un símbolo conmovedor de la delgada línea entre la vida y la muerte en la cima del mundo.
Conclusión
La historia de Botas Verdes Everest es más que un relato sobre un cadáver; es un reflejo de los desafíos físicos, emocionales y éticos del alpinismo.
Desde la tragedia de 1996 hasta su misteriosa desaparición y rediscovery, Botas Verdes ha dejado una huella imborrable en la cultura del Everest. Si planeas escalar el Everest o simplemente te fascinan sus historias, este relato te invita a reflexionar sobre el precio de conquistar lo imposible.
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